miércoles, 4 de septiembre de 2019

INVESTIGACIÓN ARTÍSTICA MÉTODO Y TÉCNICA




                              
                                                Investigación artística

Investigación artística es un enfoque de investigación particularmente adecuado para los estudiantes e investigadores que se dedican al arte. De acuerdo con Rubén López Cano, este enfoque "implica la reflexión crítica sobre diferentes elementos de la práctica artística, como el proceso creativo, los hábitos y estudio, las influencias teóricas y prácticas". Desde algunas perspectivas, este tipo de investigación considera las prácticas artísticas como formas particulares de producción de conocimiento, que se distinguen de otras formas de saber no sólo por sus contenidos, sino también por sus metodologías y principios epistemológicos.
En las últimas décadas, la investigación artística ha tenido una amplia difusión en diversas universidades y centros de investigación, particularmente en Norteamérica y Europa, siendo así que al día de hoy existen diversas instituciones, publicaciones, congresos internacionales y proyectos que permiten considerarla como un campo académico en su propio derecho.
Historia
Si bien la investigación artística parece ser un campo académico reciente, ya en 1984 se inauguró uno de los primeros programas de doctorado de investigación artística en Australia (Doctorado en escritura creativa de la University of Wollongong y la University of Technology), mientras en Europa surgen las primeras iniciativas en la década de 1990 con publicaciones como Research in Art and Design de Christopher Frayling. A partir de 1999, debido al Proceso de Bolonia, han surgido una gran cantidad de publicaciones, congresos, programas educativos, etc.
Tal como afirma Álvaro Zaldívar, ​ la investigación desde el arte "ha existido siempre", pues siempre ha habido artistas "que han analizado y transmitido con extremado rigor su propio proceso creativo". No obstante, si la entendemos como un enfoque investigativo particular, es hasta finales del siglo XX cuando la investigación artística surge de una problemática compleja en la que la vida profesional del artista a menudo está alejada de la idea de investigación en comparación a la que se encuentra en otros ámbitos del saber, por lo que pretende elaborar un trabajo de investigación donde su propia práctica y proyecto artístico es susceptible de ser el eje fundamental del proyecto y cuya función es aportar conocimientos, así como aplicaciones didácticas de sus métodos y resultados.

Diferentes aproximaciones y perspectivas de la investigación artística
De acuerdo con Frayling​ existe una distinción entre tipos de investigación en las artes, diferenciando entre “investigación dentro del arte”, “investigación para el arte” e “investigación a través del arte”. En la literatura especializada se han utilizado varios términos y expresiones para denotar la investigación artística. Los más comunes son “investigación basada-en-la-práctica”, “investigación guiada-por-la-práctica” y “práctica como investigación”. La investigación basada-en-la-práctica es una noción general y amplia que puede aplicarse cualquier forma de investigación en las artes orientada hacia la práctica. Ya que el artista trabaja con un lenguaje expresivo que atañe a los sentidos y no necesariamente con el lenguaje congnitivo, resulta pertinente hablar de una investigación artística que refleje la relación del artista con su propia práctica, y llegue a cuestionar ¿cómo sucede el arte?. La Arts and Humanities Research Council actualmente prefiere el término investigación guiada-por-la-práctica para denotar la investigación que está centrada-en-la-práctica. El término más explícito de todos es práctica como investigación, ya que expresa el entrelazamiento directo de investigación y práctica. La expresión “investigación artística”, que a veces se elige para destacar la especificidad de la investigación en el arte, evidencia no sólo el vínculo comparativamente íntimo entre teoría y práctica, sino que también encarna la promesa de un camino diferente, en un sentido metodológico, que diferencia la investigación artística de la investigación académica predominante.













                         Método de investigación
Se piensa en el método científico como una forma certera de obtener conocimiento; aunque en realidad no existe tal método, sino un conglomerado de prácticas y estrategias vertebradas en torno a un esqueleto común: el empleo sistemático de la experimentación, la medida y la razón. La observación controlada y reproducible de los fenómenos, la búsqueda de regularidades,  la propuesta de hipótesis verificables, el establecimiento de leyes expresadas en términos matemáticos, la emisión de teorías, el uso de modelos… todo ello configura eso que se conoce como Ciencia.
A medida que se sigue esta forma de proceder se van obteniendo datos, se encuentran relaciones entre ellos y se obtiene una visión y una explicación más completa de los hechos conocidos. La ciencia crece, al igual que lo hacen sus aplicaciones y, supuestamente, el control que tenemos sobre nuestro medio.
Aplicando el método científico se genera ciencia. ¿Cabría pensar en la existencia de un proceso similar para el Arte? ¿Se podría hablar de ciertas formas de actuar y de pensar que conducen a la creación artística; es decir, aplicando un método es posible generar Arte?
Cuando se pregunta a los artistas sobre su método, sobre la sucesión de pasos que les han conducido a la creación de sus obras, no se obtiene una respuesta concreta. Suelen hablar de su forma de trabajar, de sus rituales, sus manías y sus rutinas, de situaciones y de estados que propician o dificultan su trabajo, de inspiración… pero no es posible extraer de estas conversaciones un método tan reproducible como puede llegar a serlo el método científico.
La obra de arte es racionalizable pero no surge de la razón. No se puede sistematizar, aunque haya sistemas y técnicas que la hacen más posible. Si el artista no es capaz de enumerar la secuencia de pasos que le ha conducido hasta el resultado final, posiblemente sea porque esta secuencia no existe, porque el proceso creativo no ha sido lineal sino transversal, entretejido y con bucles en el tiempo.
Cuando los paleontólogos intentan dilucidar sobre lo que se considera humano y lo que no, las expresiones artísticas se admiten como una de las evidencias más claras de la presencia y de la acción de los humanos de otro tiempo. Las pinturas rupestres, las figuras talladas, la disposición de abalorios y utensilios en una tumba son creaciones intencionadas que no pueden vincularse directamente con la supervivencia. Cierto es que las manifestaciones artísticas, lo mismo que las manifestaciones religiosas, pueden explicarse en términos de cohesión de grupo, de biología social, de ventaja evolutiva adquirida mediante el empleo de símbolos; pero esta explicación no parece suficiente para justificar la capacidad que tienen estas obras de conmover, de despertar las emociones miles de años después. Ignorar esto es empeñarse en elaborar una visión simplista, por muy complicada que esta sea, del hecho humano.
Lamentablemente, esta es la visión sobre la que se construyen los sistemas educativos actuales; todos ellos fundamentados en el uso de la razón y tratando de encontrar una forma científica de educar; es decir, buscando un método racional que garantice el aprendizaje. Aunque, como ya apuntan las neurociencias, no hay aprendizaje sin emoción y el Arte está más cercano a ella que la razón. No basta con el manejo racional de las emociones, eso que se conoce como inteligencia emocional, que solo palia pero no resuelve la gran ineficacia de nuestra forma de educar. El Arte y la Ciencia son dos formas diferentes de buscar, de obtener conocimientos. Una se apoya en la emoción y la otra en la razón. Pero hay razonamiento en lo artístico y emoción en lo científico. El gran problema de nuestras escuelas es ignorar que esta interrelación existe, actuar como si no existiera.
Lo que llamamos pensar consiste en la traducción de nuestras sensaciones y emociones en palabras y en el uso de estas palabras siguiendo las reglas del lenguaje con el que hayamos aprendido a hablar y de la lógica en la que se nos haya educado. Convertimos nuestras vivencias en un relato para darles forma, para adquirir la falsa ilusión de que podemos manejarlas. Interpretamos el mundo hablando y creemos que así lo podemos controlar.
El Arte interpreta y traduce la realidad de otra manera. Es una forma de comprender y hacer más manejable aquello para lo que no son suficientes las palabras; y por eso emplea el trazo, los colores, las formas, los sonidos, el movimiento y el ritmo, entre los múltiples recursos expresivos que tenemos a nuestro alcance. Desde este punto de vista, el proceder artístico es más globalizador y, posiblemente, impacta más en nuestra biología y produce aprendizajes más duraderos.
En las escasas ocasiones que se habla de incorporar el Arte en la escuela, inmediatamente se piensa en incluir más dibujo, música o danza, por ejemplo, en lo que allí se hace; se piensa en la creación y los resultados y se da por supuesto el proceso. Pero la esencia del hecho artístico no son sus obras sino la forma en que se llega a ellas. Y eso es lo que debería enseñarse: la actitud, el proceder y los requisitos necesarios para colocarse en disposición de que las musas lleguen.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

LA INVESTICACION ARTISTICA

DESCARGAR Y LEER AQUÍ LA INVESTIGACIÓN ARTÍSTICA